viernes, 10 de octubre de 2014

el carbonero, de el salvador

Francisco Antonio Lara Hernández, conocido artística mente como Pancho Lara fue y sigue siendo uno de los cantautores más importantes de El Salvador. Es famoso por ser el autor de varias canciones salvadoreñas, pero la más conocida es la canción de “El Carbonero”; que cuenta la historia de un hombre salvadoreño como en aquellos dorados tiempos (hace ya muchas décadas atrás) que trabaja arduamente recolectando y vendiendo carbón, mientras cuenta su viaje en busca de dicho carbón y trata de convencer a las personas a que le compren su producto.

Esta canción de El Carbonero es representada por los niños en las escuelas y colegios salvadoreños, vestidos con las ropas tradicionales de El Salvador.
“El Carbonero”, canción considerada por muchos salvadoreños como el segundo himno nacional, fue creación de don Pancho Lara, nacido en 1900 en la hacienda La Presa en Santa Ana, poeta y músico al que se le atribuyen alrededor de 400 composiciones, muchas infantiles y las mas famosas de perfil folclórico y popular. La canción, escrita en 1934, es digna del análisis hermenéutico. El nacimiento de “El Carbonero” coincide en su plano temporal-histórico con la dictadura del Gral. Maximiliano Hernández Martínez, célebre por haber cometido el etnocidio de más de 25 mil indígenas en enero de 1932 y cuyo gobierno, iluminado por la adaptación caricaturesca de la teosofía, continuó hasta 1944. ¿Pero qué dice la letra de El Carbonero?, en síntesis trata de un personaje de orígenes humildes que baja de las cumbres cargando carbón de madera que venderá en las calles de pueblos y el mercado. Y mientras desciende viene “enredando horizontes y cruzando vallados adonde gime el torogoz”, mítica ave, adoptada como nacional desde 1999. La historia y la letra son sencillas, pero están preñadas de un enorme simbolismo, lo que nos lleva a varias interpretaciones: la primera, se refiere al extinto oficio de carbonero heredado de la época de la colonia, en otros lugares como España, México y Argentina el trabajo de carboneroera extenuante pero bien remunerado. Antiguas coplas populares españolas describen su deambular por las calles: “Carbón de encina, cisco de roble la confianza no está en los hombres. No está en los hombres, ni en las mujeres, que está en el tronco de los laureles”. La segunda, el carbonero pregona orgulloso de que su “carboncito negro vierte lumbre de amor y es de nacascol, chaperno y copinol”, está relacionada al comercio de un recurso natural: el uso indiscriminado de la leña como método de cocción y la generación artesanal de carbón vegetal, costumbre alentada por la pobreza, que prevalece en el 92 % de hogares rurales y que ha sido una de las causas para que El Salvador sea el país mas deforestado de Centro América. La tercera, el cuestionado estribillo “sí, mi señor” que denota la sumisión del campesino-carbonero ante un sistema de producción impuesto por el corvo y el fusil, El Salvador de 1931 a 1979 estuvo gobernado por militares y su economía se basaba en el monocultivo del café. Pero, ¿de qué otra forma se expresaría alguien sometido a las tiendas de raya y a condiciones de vida o de muerte cercanas a la esclavitud?. La cuarta, la exaltación de lo bucólico como uno de los hilos rítmicos y conductores de la letra, la contemplación del paisaje alentando el espíritu del solitario trajinar del carbonero. Impresiona la capacidad lírica y el poder de concreción de don Pancho Lara, quien murió el 12 de mayo de 1989 y que fue declarado Hijo Meritísimo de El Salvador un mes después. “El Carbonero” es un legado que no debe desdeñarse, a pesar de la espantosa paráfrasis perpetrada por un partido político en ciernes, un crimen de lesa cultura, cuando los odios escupían sangre y la guerra civil iniciaba.
Visto en: El Carbonero http://www.elsalvadormipais.com/el-carbonero

Letra de El Carbonero – Pancho Lara
Soy carbonero que vengo
de las cumbres, sí señor,
con mi carboncito negro
que vierte lumbre de amor.
De las cumbres de El Rosario,
de otros pueblos y el volcán
bajo siempre solitario
a venderles mi carbón
Sí, mi señor,
es buen carbón.
Cómprelo usted,
de nacascol.
Y de chaperno
y de copinol.
Todo, señor,
es buen carbón.
Cuando vengo por los montes
con mi carga de carbón,
vengo enredando horizontes
en mi largo trajinar.
Me cruzo por los vallados
donde gime el torogoz
y cuando llego al mercado,
les pregono con mi voz:
Sí, mi señor,
es buen carbón.
Cómprelo usted
de nacascol.
Y de chaperno
y de copinol.
Todo, señor,
es buen carbón.
La letra y la música fueron hechas por Pancho Lara, músico salvadoreño.

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